¡Si unos ojos cautivos, quisieran ser labios!
¡Si un rocío salvaje, quisiera ser lluvia!
Pero nace el rocío al morir de la noche
y se cierran los labios al no ver los ojos.
¿Dónde fue el mediodía que ando buscando
y ya cae la tarde? ¿Dónde murió noche,
si la encontré en las rosas de la oculta luna,
y alguien me dijo allí que no había nadie?
¡Si un rocío salvaje, quisiera ser lluvia!
Pero nace el rocío al morir de la noche
y se cierran los labios al no ver los ojos.
¿Dónde fue el mediodía que ando buscando
y ya cae la tarde? ¿Dónde murió noche,
si la encontré en las rosas de la oculta luna,
y alguien me dijo allí que no había nadie?
Eulogio Díaz García