miércoles, 5 de agosto de 2015

...Y AHORA QUE YA TENGO TIEMPO...
de contar todas las estrellas,
de coleccionar rosas de mañanas azules,
de pasear caminos rotos
y descubrir las tardes oscuras,
resulta que no encuentro versos,
que mis palabras crujen cuando las busco
y me causan dolor
al envolverlas en terciopelo.
Que huyen de mi cuando las quiero regar
y darles un abrazo de ardiente hora,
cuando quiero pintarlas en surcos de plata
y hacerlas volar en canciones de primavera.
Recorro mi silencio entre los dedos
y tan solo el rocío brilla en ausencias
que nunca me envolvieron
y se olvidaron de nacer cualquier día.
 
...Sigo el intento de buscar esos versos
y soñar los caminos perdidos...
pero están ahí,
con su luz inverosímil,
con la belleza en sus labios de granadas
a punto de estallar,
como verano ausente,
como arco iris en lugar recóndito,
como ciervo perdido en la selva de amapolas.
 
...Y encontraré esos versos,
contaré las estrellas que me faltan,
llenaré de mil besos las horas perdidas
entre aquellos abrazos que siempre florecieron.
¡Tengo tanto que hacer,
tanta prisa me he de dar,
que no quiero ni oír palabras de silencios
ni de sueños que no pueda descifrar. 
 
Eulogio Díaz García